lunes, 4 de agosto de 2008

De vuelta de la verde Irlanda



Tras pasar 3 semanas en Dublín, capital de la verde Irlanda, he aprendido a valorar aquello a lo que estoy más acostumbrada, he reído, he llorado, he echado de menos y he necesitado escribir, pero las palabras no se dignaban a salir, se quedaban encerradas en el plano de las ideas, resistiendo la tentación de ser plasmadas en papel. He caminado por las calles donde Joyce hizo pasear a su Ulysses, las arpas me han susurrado a los oídos secretos de la ciudad, y la vieja Molly Malone ha intentado venderme sus mercancías cada vez que pasaba por la calle Graffton. Esta ciudad ha cautivado mi alma, y yo he capturado su espíritu...pero volví a casa. Aunque como Heráclito, nadie se baña dos veces en el mismo río, y aunque siga siendo igual, sé que no volveré a ser la misma. Algo de mí habrá cambiado, pero tan sutil, tan ligeramente, que tan sólo yo lo notaré, tal vez.

ÍTACA, Kavafis

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.


viernes, 4 de julio de 2008

Camino a Dublín

Este año, pese a haber estado muy desaparecida de por aquí, tenía unos motivos razonables. Por mis estudios, casi no escribía, y de hecho mi producción poética de este año no es tan grande como desearía, aunque tampoco me siento contenta con esto, puesto que el perfeccionismo me lo impide. Por una parte, este año he aprendido mucho, no sólo académicamente, sino también de las personas que me rodeaban. He conseguido una media de sobresaliente e incluso una matrícula en literatura s.XIII-XVII. Otra buena noticia es que me han concedido una beca MEC para hacer un curso de verano, y la ciudad que he escogido se encuentra en la verde Irlanda, más concretamente, su capital, Dublín. Estaré allí 3 semanas (del 8 al 29 de julio), y espero disfrutar mucho de la tierra de escritores de la talla de Oscar Wilde, Samuel Beckett, Jonathan Swift, James Joyce, autor de Ulises o George Bernard Shaw, entre otros. Pasear por el centro de la ciudad, visitar los parques, museos y la universidad. Visitas al Temple Bar y fotografiar las míticas "doors of Dublin" . Y echar fotos con la estatua de Molly Malone, protagonista de una balada tradicional. Su nombre en irlandés es Baile Àtha Cliath o "vadeo de los guarecidos por cañas", y la foto es del puente sobre el río Liffey. Como será mi primera experiencia en el extranjero y en avión, espero no ponerme demasiado nerviosa (porque seguro que lo estaré, sólo digo que espero que no demasiado).

Pese a que tenga poco o nada que ver, he leído unos versos del poeta norteamericano Walt Whitman estos días que me han inspirado mucho, y que he encontrado navegando por ese mar que es la red de redes, donde nunca sabes qué tesoros (con o sin mapa) puedes hallar en el camino.

No te detengas


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …

Autor: Walt Whitman

Versión de: Leandro Wolfson


Pueden encontrarse referencias a este magnífico autor en películas de la talla de "El club de los poetas muertos" (1990). Espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando lo leí por primera vez.


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lunes, 7 de abril de 2008

Estrella de la mañana





Estrella de la mañana,
último resplandor de la ilusión
que al asomarse por la ventana,
en la cegadora luz del día,
llega hasta mi corazón.
Guía mis pasos en mi última agonía.

No permitas que tus sueños se trunquen
cuando venzan sus rayos a tu triste melodía.
No permitas que se escondan jamás,
pues bien sabes que me perdería.
Ayúdame a seguir tus pasos,
tocando esa lejana letanía.
Lléname de tus ritmos, de tus silencios,
haz que no pare de bailar
al son que tú entonas,
para que exprese mis sentimientos,
y mi alma,
que no calle jamás, pese a la noche fría.

Yuriarwencilla
0:48
8/04/2008 Lunes-Martes