viernes, 4 de julio de 2008

Camino a Dublín

Este año, pese a haber estado muy desaparecida de por aquí, tenía unos motivos razonables. Por mis estudios, casi no escribía, y de hecho mi producción poética de este año no es tan grande como desearía, aunque tampoco me siento contenta con esto, puesto que el perfeccionismo me lo impide. Por una parte, este año he aprendido mucho, no sólo académicamente, sino también de las personas que me rodeaban. He conseguido una media de sobresaliente e incluso una matrícula en literatura s.XIII-XVII. Otra buena noticia es que me han concedido una beca MEC para hacer un curso de verano, y la ciudad que he escogido se encuentra en la verde Irlanda, más concretamente, su capital, Dublín. Estaré allí 3 semanas (del 8 al 29 de julio), y espero disfrutar mucho de la tierra de escritores de la talla de Oscar Wilde, Samuel Beckett, Jonathan Swift, James Joyce, autor de Ulises o George Bernard Shaw, entre otros. Pasear por el centro de la ciudad, visitar los parques, museos y la universidad. Visitas al Temple Bar y fotografiar las míticas "doors of Dublin" . Y echar fotos con la estatua de Molly Malone, protagonista de una balada tradicional. Su nombre en irlandés es Baile Àtha Cliath o "vadeo de los guarecidos por cañas", y la foto es del puente sobre el río Liffey. Como será mi primera experiencia en el extranjero y en avión, espero no ponerme demasiado nerviosa (porque seguro que lo estaré, sólo digo que espero que no demasiado).

Pese a que tenga poco o nada que ver, he leído unos versos del poeta norteamericano Walt Whitman estos días que me han inspirado mucho, y que he encontrado navegando por ese mar que es la red de redes, donde nunca sabes qué tesoros (con o sin mapa) puedes hallar en el camino.

No te detengas


No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
“Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …

Autor: Walt Whitman

Versión de: Leandro Wolfson


Pueden encontrarse referencias a este magnífico autor en películas de la talla de "El club de los poetas muertos" (1990). Espero que lo disfrutéis tanto como yo cuando lo leí por primera vez.


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